
El Obispado de Astorga deja mudas las campanas de la iglesia de San Ignacio en Ponferrada, obligado por la Justicia. Han dejado de sonar, por orden del juzgado que ha ordenado la ejecución provisional de la sentencia que condenó a la Diócesis por superar los límites de la Ley de Ruido de Castilla y León, con los repetidos toques de esas campanas.
Aunque la sentencia ha sido recurrida en apelación, el Obispado se ha visto obligado a cumplir el auto dictado por el Juzgado número dos de Astorga y ha eliminado los sonidos de las campanas que se utilizaban para llamar al culto y marcar las horas.
El asunto tiene origen en la denuncia interpuesta por un vecino del barrio de la Puebla de Ponferrada, que decía sufrir estrés por el sonido de esas campanas que sonaban hasta sesenta veces cada día, para señalar las horas en punto, los cuartos y las medias, y antes de las celebraciones litúrgicas. El hombre ganó el litigio, en una sentencia que obligaba a reducir o eliminar el toque de las campanas y a pagar una indemnización de mil euros en concepto de daños morales.
La resolución ha sido recurrida por el Obispado de Astorga. Y mientras se resuelve ese recurso, el juzgado ha ordenado la ejecución provisional de su decisión. En consecuencia, las campanas de la céntrica iglesia parroquial de San Ignacio han quedado en silencio “hasta nuevo comunicado”, según se indica en esta pequeña nota publicada por el Obispado en su página web.
