
Sentimientos a flor de piel, esta mañana de domingo, en Espinoso de Compludo, en el recuerdo póstumo al brigadista forestal Nacho Rumbao, fallecido cuando su autobomba cayó por una ladera, durante los trabajos de extinción del incendio que arrasó la Tebaida Berciana y amenazó, específicamente, al pueblo de Espinoso. Su viuda, Maruchi, se confesó desbordada por una «emoción tremenda. Gracias en nombre de toda la familia, es un orgullo para todos», empezó diciendo antes de la ceremonia. Y recordaba a su marido, el brigadista, como un hombre al que «le gustaba todo lo que hacía. Se involucraba en todos sus trabajos. Tenía pasión por los coches y le gustaba el mundo del servivcio a los demás. Murió ayudando, que es lo que me deja en paz y tranquila», terminó diciendo.

Nacho Rumbao, de 57 años, nació en la aldea orensana de Monterraso y trabajaba en Soria desde el año 2010. Este trágico 17 de agosto perdió la vida en los montes cercanos a Espinoso de Compludo, mientras el fuego avanzaba, cuando la autobomba que conducía se precipitó por una ladera. Con él viajaba su compañero Álex, quien volvía al Bierzo desde Soria para asistir a este homenaje y apenas pudo articular palabra.

Se multiplicaron los sentimientos en un abrazo entre Maruchi y Álex. Y hubo más simbolismo en este acto, en la plaza de Espinoso. Estaba presidido por una foto de Nacho Rumbao, la pala batefuegos que empleaba, su propio chaleco y la defensa de la autobomba que sufrió el accidente, que donó la brigada “Romeo 21”. Son «más que herramientas, símbolos de valor», dijo Marta Fernández, la presidenta de la asociación de vecinos “El Nogalón”, promotora del acto.

Y especialmente conmovedoras, las palabras del jefe de Bomberos de Ponferrada, Olivier Bao, quien confesó que la muerte del brigadista Nacho Rumbao supone un «fracaso, precisamente por este fallecimiento. Porque la primera obligación de los operativos es cuidar la vida de las personas». Después, al recibir el reconocimiento de los vecinos a los Bomberos de Ponferrada, Olivier Bao elevó el nivel de impresión cuando pedía «perdón a la familia».

En este acto celebrado en Espinoso hubo poesías y música, con el violín de Daniel Bombín, director de la Camerata Clásica de Ponferrada y de la Orquesta Sinfónica «Cristóbal Halffter-Ciudad de Ponferrada».

Sus notas sonaron después de un respetuoso minuto de silencio. Y al final se plantó, simbólicamente, un nogal, que será trasplantado al lugar más próximo posible a donde Nacho Rumbao perdió la vida.

Dos brigadistas forestales se encargaban de ello, y recibían el reconocimiento, después de que otro compañero, el ponferradino Sergio Fidalgo, reclamara la profesionalización de su trabajo y se mostrara impresionado por «lo más duro que me ha sucedido desde que estoy en las campañas. Esto remueve a una persona por dentro».
No faltó un recuerdo a Fidel Brañas y Manuel García, integrantes de la brigada de Villafranca y fallecidos en el año 2000, rodeados por el fuego, en otro incendio forestal en el municipio de Oencia.

Y además de los homenajes, se oyó la reivindicación de los quince pueblos de la Tebaida Berciana que han unido sus esfuerzos para exigir más atención a este territorio, en defensa de su vida y su identidad, y con el propósito de garantizarse futuro. Un texto que leía la pedánea de Bouzas, Mirta Blanco, quien decía que los incendios «son heridas abiertas en el corazón de nuestra tierra /…/ un grito de alarma que nos exige acción. Decimos basta a la desidia, basta al abandono. Unidos, con respeto a la tierra y a la gente, lograremos que la Tebaida siga siendo un faro de espiritualidad, cultura y naturaleza para las generaciones futuras», indicaba.

Además, en nombre de los vecinos de la Tebaida, otro manifiesto reclamaba más atención de las administraciones para la supervivencia de los pueblos, donde cada vez viven menos personas. Una de esas habitantes, Pilar Hermosa, describió sentimientos de tristeza y desolación al ver los montes arrasados y reclamó más ayuda para asentar población, desbrozar el entorno de las casas, recuperar la ganadería y permitir la continuidad de pequeños huertos o corrales.
A partir de aquí el grupo de trabajo «La Tebaida contra el Fuego» se propone continuar sus acciones. Su próxima petición, al Ayuntamiento de Ponferrada, es la colocación de una placa conmemorativa y bautizar con el nombre de Nacho Rumbao, la vieja escuela de Espinoso de Compludo, donde ahora se acometen obras para reconvertirla en centro cívico.
