

Es un ejemplo de «devoción, historia y pan», decía un cacabelense, después de conseguir la bendición de una cesta llena de panes, a las puertas del Santuario de la Virgen de la Quinta Angustia de Cacabelos, en la tradicional bendición de panes del día de Las Candelas. Cientos de personas acudieron a la celebración.


El interior estaba lleno y fuera había aglomeración, aprovechando la tarde soleada. Cestas, canastillas, talegas y bolsas, más o menos repletas de panes artesanos con formas vistosas de lazos, palomas, coronas o trenzas, recibían el agua bendita en esta ceremonia, después de que el párroco local, José Manuel Franco, leyera la bendición.


Desde el altar del santuario inició su largo recorrido, primero por el templo y después por los alrededores, llenos de gente. Venían desde todo el Bierzo. Y la más cargada era esta familia de Magaz de Arriba, con hasta ¡73 panes! repartidos en estas tres cestas.


Después de la bendición, muchos de los presentes presumían de que, ahora, enviarán los panes benditos a otros puntos de España e, incluso, de Europa o América.
Entre los presentes había devoción; otros que se habían desplazado a Cacabelos «por encargo» de alguien de la familia; y quienes simplemente fueron «por el festival».


Y hubo quien llevó los panes con embutidos o chocolate que ya sirvieron para la merienda. Otros los guardan todo el año. Por supuesto, para guardar máxima fidelidad a la celebración religiosa, también se bendecían algunas velas portadas por los asistentes.