

El incidente se registraba esta mañana en la calle Pascual Fernández, de La Rosaleda, donde una de las máquinas que trabaja en la extensión de la red de calor rompió la conducción de abastecimiento de gas natural.
De nuevo, los Bomberos de Ponferrada han aplicado el protocolo habitual y ordenaron el confinamiento de los vecinos de los bloques de viviendas próximos y de los comercios existentes en la zona, mientras se cerraban las válvulas del suministro. Después, confirmaron que no se habían generado balsas de gas en sótanos o bajos.
Preguntado por ello, el alcalde de Ponferrada, Marco Morala, lanzaba un mensaje contundente a las empresas que trabajan en obra pública en la ciudad: «que han agotado mi paciencia. Tienen los planos de todas las conducciones (para desarrollar adecuadamente las obras). Y van a ser sancionadas, tanto en la Rosaleda como en la zona alta».
Y es que la incidencia de esta mañana se suma a las dos ocurridas en los diez últimos días en la zona alta, con motivo de las obras entre las calles Ancha y Obispo Osmundo, donde las máquinas excavadoras también rompieron tuberías del gas natural.


El jefe del Servicio de Bomberos, Olivier Bao, atribuyó esos hechos «no a los planes de seguridad, sino a la ejecución propia de la hora. No es problema de los servicios municipales». En todo caso, adelantó que el Ayuntamiento de Ponferrada redoblará las advertencias a las empresas, porque tantos reventones en las redes del gas (cinco en lo que llevamos del año) «no son algo normal».
Mientras una dotación trabajaba en la Rosaleda, los Bomberos de Ponferrada celebraban institucionalmente su fiesta patronal de San Juan de Dios, con misa en la Basílica de la Encina y, después, vino español en el Parque de Bomberos.

