Dimite la consejera de Industria de Asturias. Asume, personalmente, las primeras responsabilidades políticas por el accidente en Cerredo, que costó la vida a cinco mineros de Laciana y el Bierzo.
Y en su adiós, Belarmina Díaz ha dicho que no quiere ser un obstáculo para las investigaciones abiertas. Así lo anunciaba directamente en el pleno de la Junta General del Principado de Asturias, donde a muchos sorprendió con este anuncio.
Y cuando la consejera se retiró a su escaño, recibió un abrazo del presidente de Asturias, Adrián Barbón, quien se levantó del suyo para transmitir esa muestra de cariño a su compañera.
Antes, la ya ex consejera reiteró las explicaciones de la semana pasada y derivó toda la responsabilidad hacia la empresa “Blue Solving”, propietaria de la mina, y a sus facultativos.
Añadió que ahora se debe determinar el origen de la chispa que causó la fatal explosión de grisú que acabó con la vida de los cinco mineros.
Durante más de dos horas, en el pleno del parlamento asturiano, y antes del anuncio de renuncia de la consejera, los diferentes grupos políticos han coincidido en reclamar que el gobierno del Principado asuma más responsabilidades por el siniestro.
Incluso, ponían de manifiesto la posible existencia de una red de extracción ilegal de carbón, por lo menos en aquella comunidad, en manos de un “complejo mafioso”, decía literalmente la representante de la izquierda.
