La Pera del Bierzo está más cerca de conseguir la Denominación de Origen Protegida, el “top” de los sellos de calidad de la fruta. Y ese será el nuevo logotipo. La Junta de Castilla y León ha dado el visto bueno formal a esa solicitud de la Asociación Berciana de Agricultores, veinte años después de la concesión de la Marca de Garantía de la Pera Conferencia, y una vez superado el periodo de alegaciones, sin reclamación alguna. Ya solo falta el visto bueno final de la Unión Europea, con confianza, en el caso más optimista, de que la cosecha del año que viene pueda salir al mercado con la etiqueta de Denominación de Origen.
El director del sello de calidad, Pablo Linares, reconoce que ese reconocimiento aportará una notable mejora y abrirá nuevas posibilidades para la venta de las peras cosechadas en el Bierzo, incluso para su exportación.
El documento aprobado por el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León destaca las características de la pera berciana, su dulzor, su baja acidez, dureza y gran jugosidad en boca, con sensación de consistencia y crocancia al morder superior a peras de otras zonas. También es diferencial la presencia de un russeting natural abundante y uniforme, muy apreciado por el consumidor, ya que aporta rusticidad favorable al producto. Son consecuencias del clima berciano, al que se suman factores humanos, como la poda totalmente manual, el control del riego, evitando aportes de agua en la floración y los siete días previos a la cosecha, para el correcto cuajado del fruto; y la recolección también manual, con un arranque cuidadoso de la pera, justo donde se unen el pedúnculo con la rama.
De igual modo, se destaca la histórica plantación de peras en el Bierzo, ya registrada desde la Edad Media; y la existencia de multitud de referencias de la toponimia en toda la geografía berciana.