Casi trescientos científicos internacionales firman un manifiesto de oposición a los planes eólicos de Repsol en la Sierra de Gistredo y el Alto Sil. Consideran que la transición energética nunca debe comprometer el patrimonio natural, ni el de la Cordillera Cantábrica ni el de otros territorios.
En esos términos se expresan los especialistas, que se adhieren a un texto propuesto por la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica. Son investigadores de toda España y de otros países, como Portugal, Italia, Suiza, Alemania, Polonia, el Reino Unido, Estados Unidos y hasta Japón.
Los firmantes, que se califican como “investigadores comprometidos con el estudio y la conservación de la biodiversidad”, se proponen trasladar una “profunda preocupación y oposición” a los proyectos de la multinacional petrolera en un enclave “de extraordinario valor ecológico, que alberga especies emblemáticas como el oso pardo y el urogallo”, además de otra destacadas de la fauna y la flora. Añaden que la instalación de las torres con aerogeneradores, además de las líneas de alta tensión y los viales de acceso, el ruido o el trasiego, resultan “incompatibles con la conservación de esas montañas”, “una de las zonas mejor conservadas y menos humanizadas de la Península Ibérica”, concluyen.
El portavoz de la Plataforma para la Defensa de la Cordillera Cantábrica, Ernesto Díaz, agradece esa adhesión masiva de especialistas, que considera un espaldarazo a su postura contraria a los parques eólicos solicitados en la Sierra de Gistredo y el Alto Sil.