Sale a información pública desde hoy, el proyecto de demolición de la presa de San Facundo, en el municipio de Torre del Bierzo. Con este nuevo trámite, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil cumple las exigencias marcadas por el Ministerio de Transición Ecológica, que advirtió sobre los posibles efectos adversos de la obra en el entorno, dado que habría que retirar más de veinte mil metros cúbicos de sedimentos y lodos que llenan ese pequeño embalse, con el consiguiente riesgo de contaminación para el arroyo del Rial y sus alrededores.


Ahora, el organismo hidrográfico abre el proceso de evaluación de impacto ambiental, por vía ordinaria, y fija un plazo de treinta días para que se puedan presentar las alegaciones que se crean oportunas.
El polémico proyecto para eliminar la presa de San Facundo tiene un coste aproximado de cuatro millones y medio de euros. Contempla retirar el muro de este embalse, que mide más de 19 metros de altura, y dos azudes situados aguas abajo. Ahí se generarían hasta 1.700 metros cúbicos de escombros. Antes, será necesario retirar los lodos que, en la actualidad, llenan dos terceras partes del embalse. Y, como advertían los documentos oficiales, un error en la gestión “podría ser fatal” porque afectaría a la pesca en el río y podría afectar a importantes especies arbóreas, según decía el documento ministerial.
Esta presa de San Facundo, en el arroyo del Rial, se construyó entre 1985 y 1986, con capacidad para almacenar 30.000 metros cúbicos de agua, destinada a abastecer a los núcleos de Bembibre, San Román de Bembibre y Albares de la Ribera. En la actualidad, se considera inservible, porque Bembibre ya recibe agua desde el pantano de Bárcena, por lo que se considera que la presa de San Facundo no cumple los objetivos para los que fue construida.
Ahora se quiere devolver el río a su cauce original y, de paso, crear una zona de aprovechamiento lúdico.