Los mineros de Cerredo trabajaban en condiciones que no se podrían imaginar en la minería del siglo veintiuno. “Ni en el peor de los chamizos”, que es la denominación que se daba a las explotaciones mineras de hace décadas, en las que se sacaba carbón en extrema inseguridad y condiciones infrahumanas. Son las contundentes afirmaciones, ambas literales, que hoy ha dejado la consejera de Industria del Principado de Asturias en su parlamento autonómico, donde daba explicaciones acerca del accidente que costó la vida a cinco mineros de Laciana y el Bierzo.
La consejera, ingeniera de Minas titulada, pasaba un auténtico mal trago al ofrecer explicaciones. Y confirmaba que la empresa “Blue Solving” sacaba carbón sin permiso en Cerredo. Después de cuestionar las condiciones de la mina, concretó que se extraía el carbón a través de dos huecos posteados que se han descubierto en las inspecciones: el primero con una longitud de algo más de 18 metros y el segundo de 24 metros y medio, con una altura aproximada de entre 25 y 30 metros, y unos ochenta centímetros de anchura.
La consejera ha tenido que responder a las numerosas preguntas de los políticos del Principado, que más allá de las explicaciones técnicas también exigían responsabilidad política. Belarmina Díaz repetía explicaciones y concretó que cada vez parece más claro el origen del siniestro por culpa del grisú.
Y además, la prensa asturiana desvela que la empresa “Blue Solving” consiguió en 33 días un permiso considerado “clave” que a otros les lleva medio año, según se explica en una información del diario “El Comercio”.
En la derivada judicial del caso abierto después de la muerte de los cinco mineros, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Asturias, Jesús María Chamorro, ha fijado el plazo de, al menos, tres semanas, para que pueda estar listo el informe preliminar en el juzgado de Cangas del Narcea.
