Encuentran los primeros remedios contra el hongo que pudre las castañas. Podrían utilizarse, ya, en la campaña de 2027.
Es la perspectiva que los investigadores han dejado en BioCastanea, donde confirmaron que, en sus laboratorios ya han encontrado tratamiento contra ese hongo, el Gnomoniopsis, que felizmente, este año apenas ha tenido incidencia en la cosecha según explicó Roberto Rubio, del consorcio Cesefor y la Mesa del Castaño del Bierzo.
Este logro es fruto del trabajo de uno de los cinco proyectos de investigación que se desarrollan en torno al castaño, con subvenciones de la Unión Europea. Ha costado, y mucho, conseguir esas aportaciones económicas que abren una “época dorada” en este tipo de trabajos. Pero todavía hacen falta más.
Las jornadas científicas de BioCastanea han permitido conocer los últimos avances en la lucha contra las enfermedades y las plagas que afectan al castaño.
Por un lado, respecto a la avispilla, se puede decir que ya hay equilibrio entre ese insecto invasor y el bicho que puede controlarla, después de seis años de sueltas de “Torymus sinensis”. Pero la preocupación no desaparece del todo.
Por otra parte, sigue la lucha contra las patologías que, tradicionalmente, han acabado con sotos de castaños: la tinta y el chancro. Se siguen buscando más remedios autóctonos y tratamientos más baratos que la inoculación de cepas hipovirulentas que, actualmente, paga la junta de Castilla y León.
Además se expusieron planes de gestión del castaño en Extremadura y Portugal y se han mostrado ejemplos de vinculación entre el castaño y el patrimonio cultural, como el sistema histórico de riego de sotos en Granada, o los ejemplos asturianos de hórreos, paneras y cabazos.