
Villablino y sus pueblos respiran hoy más silenciosos que nunca; un silencio atronador, respetuoso y sobrecogedor, solo roto por los llantos de los familiares, amigos y compañeros que han visto truncada la vida de los cuatro mineros fallecidos en el accidente laboral ocurrido en la mina asturiana de Cerredo. La cuenca que vio cerrar sus minas de carbón pensaba haber dejado atrás episodios como ese, que ha cubierto de luto el valle. Nada más lejos de la realidad.

Inmersas en un absoluto dolor y total consternación, cientos de personas han ido desfilando, durante todo el día, por la capilla ardiente habilitada en el pabellón polideportivo de Villablino. Sobre la pista y rodeados por casi cien coronas de flores, los cuatro féretros con los cuerpos de Rubén Souto Robla, de 49 años y vecino de Caboalles de Abajo; Amadeo Bernabé Castro (48), de Villaseca de Laciana; Jorge Carro André (33) de Sosas de Laciana; e Iván Radio, de Orallo. Y ante los ataúdes, imágenes de auténtica desolación, incredulidad, impotencia y rabia, porque la mina que ha dado tanto al valle, ahora les ha arrebatado algo más preciado: la vida de los cuatro hijos, hermanos, padres o maridos. Es una dura herida para la historia minera de Laciana, que tardará mucho tiempo en cicatrizar.

En el exterior del pabellón, Cruz Roja ha montado un pequeño hospital de campaña y ha desplazado a un equipo de psicólogos, para ayudar a los familiares de los mineros en estos momentos de duelo.

La capilla ardiente se abría, inicialmente, solo para las familias. A las doce y veinte, se empezó a permitir la entrada de los representantes institucionales que se desplazaron a Villablino: el delegado del Gobierno en Castilla y León, Nicanor Sen; y la delegada en Asturias, Adriana Lastra; el subdelegado en León, Héctor Aláiz; el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco; y el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones. Junto a ellos, miembros de la corporación municipal encabezados por el alcalde de Villablino, Mario Rivas, quien confesó que vive «el día más triste que he tenido que vivir como alcalde». También estuvieron el delegado territorial de la Junta, Eduardo Diego; el director general de Minas del gobierno autonómico, Alfonso Arroyo; y políticos como la procuradora del PSOE en las Cortes de Castilla y León, Nuria Rubio; el secretario general del PSOE autonómico, Carlos Martínez; y su dirigente provincial, Javier Alfonso Cendón. Y además, líderes sindicales de las federaciones mineras.

Después de esa visita a Villablino, el presidente de la Junta de Castilla y León también viajó a Bembibre, para mostrar sus condolencias a la familia de David Álvarez, vecino de Torre del Bierzo, y quinta víctima mortal del accidente en la mina de Cerredo. A las seis de esta tarde, será su funeral y entierro en la iglesia parroquial de Torre. Se da por hecho que vendrá la ministra de Transición Ecológica, Sara Aagesen.