
Castilla y León y Asturias han vivido hoy el primero de dos días de luto oficial decretados por sus respectivos gobiernos autonómicos, por la muerte de los cinco trabajadores en la mina de Cerredo. Son tres días de duelo en el valle de Laciana, según acuerdo de su ayuntamiento; y también en Torre del Bierzo, según ha decidido esta mañana la Junta de Portavoces municipal.
Dolor y muestras de respeto se extendían por todas las instituciones en el Bierzo, en las cuencas mineras, en la provincia y en la comunidad. Se han guardado minutos de silencio en los antiguos municipios carboneros de Bembibre, Fabero, Toreno o Páramo del Sil. También en Ponferrada. Ahí, en la plaza del Ayuntamiento, solo las campanadas de la Torre del Reloj se dejaban oír y coincidían con un aplauso final en homenaje a los malogrados trabajadores. El alcalde, Marco Morala, mostró su reconocimiento a los mineros, desveló que enseña una pequeña estatua de un minero, que tiene en su despacho, a los niños que visitan el Ayuntamiento para recordar «y agradecer lo mucho que hicieron por esta tierra durante décadas y décadas» y lamentó que haya habido que revivir una “pesadilla”.

Igualmente, el Consejo Comarcal del Bierzo guardó un minuto de silencio delante de su sede, en el edificio Minero de Ponferrada. Su presidente, Olegario Ramón, expresó la solidaridad de la institución con las familias y llamó a reflexionar porque «creíamos que ya no existían mineros, que no tendríamos la noticia de la muerte de un minero más…Y también hay que pensar en que la mina es muerte, dolor o ruptura abrupta de la convivencia de familias que no volverán a ver a los suyos». Además reclamó una investigación «exhaustiva y con máxima exigencia de responsabilidades».

En similares términos, los sindicatos UGT y Comisiones Obreras ponían especial énfasis en la necesidad de esclarecer las causas del siniestro en la mina de Cerredo, según indicaban sus dirigentes, Omar Rodríguez y Roberto Echegaray, en otra concentración, en la que se exhibieron folios con crespones negros, a las puertas de sus sedes en la avenida Valdés de Ponferrada.

Y más allá de las fronteras del Bierzo, silencio en las Cortes de Castilla y León, en Valladolid. Y en León, a las puertas de la Diputación Provincial.

O también en la Universidad. Concretamente en la Escuela de Minas, donde se guardó otro minuto de silencio. Profesores y estudiantes quisieron compartir el dolor de las familias y destacar el esfuerzo, la entrega y los riesgos de esta profesión, según constataba el director de la Escuela de Minas, Julio Viejo. La rectora, Nuria González, desveló que una alumna de la Ingeniería de Minas es hija de uno de los fallecidos.
