Retiradas las dos placas que recordaban a los caídos franquistas en la fachada de la Colegiata de Santa María, en Villafranca del Bierzo. Hoy ha desaparecido uno de los últimos vestigios de la dictadura en la comarca.
Y, probablemente, uno de los más llamativos, en la fachada oeste del monumental templo villafranquino. Subido en un andamio, un operario ha eliminado las dos placas que incumplían la Ley de Memoria Democrática de España.
Sólo se mantendrá la cruz que completaba ese adorno y la intervención culminará rejuntando las piedras en esa fachada de la Colegiata.
La instalación de ese tipo de elementos se convirtió en una práctica habitual durante el régimen dictatorial, que pretendía recordar a quienes, escribía, habían perdido su “por Dios y por España”. En el caso de Villafranca, se relacionaban las identidades de 28 personas, con nombres y apellidos, bajo el nombre del fundador de la Falange, José Antonio Primo de Rivera.
La eliminación de estas piezas, exigida por la Ley, y que podría haber supuesto la imposición de una multa al Ayuntamiento de Villafranca, había recibido el visto bueno de la Comisión Territorial de Patrimonio, en su última reunión mensual.
