La Mancomunidad de la EDAR de Villadepalos se fija un plazo largo de cuatro años todavía, para la incorporación de los vertidos de Villafranca, Corullón y Toral de los Vados.

Es la fecha planteada por su presidente Carlos Fernández, quien reconoce que la depuradora trabaja «forzada».
Y es que se trata de la depurador más grande del Bierzo, considerada como una de las más modernas de España. Allí se tratan 35 millones de metros cúbicos de agua al año.
Llegan desde los municipios de Ponferrada, Cubillos, Camponaraya, Carracedelo y Cacabelos, por tres colectores, a lo largo de los ríos Sil, Cúa y arroyo de los Barredos, con 31 kilómetros y medio de longitud. Hay otro colector conectado, el del río Burbia, de doce kilómetros, pero que aún no está en servicio, puesto que todavía no se han solucionado los problemas por el exceso de agua limpia que entra en la depuradora.
Y si las obras que pagará la Confederación Miño-Sil para renovar tuberías, y la modernización del regadío para frenar las filtraciones de agua, no son suficientes, desde la Mancomunidad empiezan a plantear la posible ampliación de la depuradora.
La planta de Villadepalos devuelve aguas limpias al río, después de pasarla por procesos complejos, para la eliminación de grasas, detergentes, sustancias tóxicas y residuos. En esa labor, cada año se eliminan 800 toneladas de nitrógeno y veinte toneladas de fósforo. Y además, se obtienen 2.700 toneladas de fango deshidratado que se usan como abono en la agricultura. Principalmente, esos fangos se llevan a plantaciones en la ribera del Órbigo.