Una exposición y un libro recuperan, en Laciana, la memoria de hasta 245 presos que fueron obligados a trabajar en las minas de carbón de Orallo y Villaseca durante la posguerra, entre los años 1941 y 1944. Son el resultado de un proyecto llamado «Esclavos del carbón» y desarrollado por iniciativa del “Club Xeitu”, con la colaboración económica de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática.
El objetivo era recuperar la historia de los presos políticos que desarrollaron trabajos forzosos como mineros en los destacamentos penales franquistas de Orallo y Villaseca de Laciana, en la empresa Minero Siderúrgica de Ponferrada (MSP). El trabajo está firmado por un grupo de investigación integrado por Wenceslao Álvarez Oblanca, Ángel Gancedo, Javier Molina, Beatriz Lozano y Víctor del Reguero. Han culminado dos años de intenso trabajo en diferentes ámbitos, tanto en la búsqueda de fotografías y documentación en todo tipo de archivos, hasta su posterior organización y tratamiento digital.
Y han podido identificar a esos 245 presos «aunque pudieron ser más», asume Ángel Gancedo. Llegaron desde toda España pero, principalmente, eran presos de la Guerra Civil procedentes de León y Asturias, a quienes se ofrecía redimir parte de su condena trabajando en la extracción de carbón. En determinados casos, eran mineros antes de su paso por las cárceles de la dictadura y, en otros, se vieron obligados a convertirse en obreros de las minas para reducir su permanencia en prisión. «Podían descontar hasta seis días de pena por cada uno trabajado, a cambio de salarios mínimos que servían para mantener a sus familias».
Muchos de ellos «arrastraron a sus familias, que acabaron asentándose en Laciana para vivir como podían, cerca de los destacamentos penales», concluye Ángel Gancedo. Añade que algunos eran»mineros, pero también otros que no sabían nada de mina». Había andaluces, cántabros, catalanes, gallegos, murcianos y hasta un portugués que compartieron existencia en los destacamentos de Villaseca de Laciana y de Orallo, cuya estructura sigue en pie y ha sido recreada en maqueta para la exposición.
Y en 252 páginas, el libro recopila sus historias y hasta sus imágenes, gracias a 168 fotografías que documentan el sistema creado por la dictadura para tener mano de obra barata. Y se adentra en la vida cotidiana de los reclusos o el papel de sus familias. Así, hay imágenes de reclusos a la salida del tajo, esperando el rancho para comer o formando un equipo de fútbol. La publicación se completa con todo tipo de documentos, desde informes a correspondencia, hojas de expedición de partidas de presos o expedientes penitenciarios.
La exposición se podrá visitar, hasta mediados de febrero, en la Fundación Sierra Pambley de Villablino. Y el libro ya está a la venta.