Abierto, en Villafranca del Bierzo, el viejo pasadizo cerrado hace 85 años, bajo el convento de San José, junto a la Calle del Agua. La operación permitirá la instalación de tuberías de aguas fecales y pluviales, para evitar más inundaciones en la zona que suele registrar más problemas en momentos de fuertes lluvias.

Maquinaria contratada por el ayuntamiento procedió, hoy, a la demolición de ladrillos y piedras que tapiaban el pasadizo, conocido en su día como “Callejón de Topete”, por debajo del convento de la comunidad de las Agustinas Recoletas, que comunicaba la Calle Ribadeo con las huertas en las orillas del río Burbia, y que fue cerrado en 1940.
La clausura, aceptada por el Ayuntamiento, respondía a una denuncia de la priora de las monjas, que advertía de actos de gamberrismo y blasfemias que atribuía a “vecinos golfillos de la villa” y que incomodaban a las religiosas. Desde entonces, el paso permanecía cerrado. Ahora, se abre para extender cien metros de tuberías, hasta el colector.
Más allá de la curiosidad, el alcalde villafranquino Anderson Batista, reconoce que será una apertura eventual, porque el pasadizo se volverá a cerrar cuando acaben las obras.