25 de junio de 2006, con el gol de Fran.
23 de mayo de 2010, con la parada de Mackay.
24 de junio de 2012, el año de Yuri.
29 de junio de 2019, cuando Isi se convirtió en una estrella.

La Sociedad Deportiva Ponferradina necesita una fecha para que la combinación se convierta en un repóquer de ascensos y todo pasa por lo que suceda este sábado.

Después nada más. El nirvana o la desolación. La ruleta ha empezado a girar… Ponferradina y Andorra deciden en un Toralín de reventón quien juega la próxima temporada en Segunda División.
Superado el duelo contra el Antequera y conocidas las fechas de la última eliminatoria, las taquillas del estadio municipal fueron testigos de un goteo incesante de aficionados que buscaban su entrada. La primera fase de venta, pensada principalmente para los abonados, aunque también se despacharon unas pocas para el resto del público, dieron paso, el viernes, a las tradicionales colas hasta que se colgó el cartel de “no hay billetes”. El primer partido, el de la grada, lo ha vuelto a ganar la hinchada de la Deportiva.

El que realmente sirve para determinar un ascenso al fútbol profesional echa a andar a las 20:30 de este sábado y mide a dos equipos que llegan, con la lógica rémora del desgaste físico, en un buen momento.

Acude a la cita la Ponferradina de Javi Rey, consciente de lo mucho que ha costado llegar al último partido de la temporada, con el aprendizaje de la discutible gestión de Antequera y con la “tranquilidad” de saberse fuerte en su feudo donde acumula cinco victorias consecutivas, ocho en los diez últimos partidos oficiales, con una racha que comenzó precisamente contra los del Principado el pasado 26 de enero.

Pero mucho han cambiado las cosas desde aquella fecha en la que Beto Company debutaba al frente del banquillo tricolor. El Andorra ha crecido, se aproxima a eso que piensa la mayoría, que se trata de la mejor plantilla de la categoría, y vendrá a Ponferrada a marcar y a ganar, sin resquicio para la especulación. Solo le vale la victoria toda vez que la Deportiva se beneficia del factor clasificatorio y el empate favorece las aspiraciones blanquiazules.
Ajenos al ambiente, al menos eso pretenden, querrán tener el balón, querrán someter al rival y es probable que lo hagan incorporando al centro del campo a Sergio Molina que hasta ahora había cubierto, en el eje de la zaga, la ausencia por lesión de Diego Alende. El compostelano podría regresar al once, lo mismo que el griego Christos Almpanis que fue el que revitalizó el ataque andorrano en el partido de ida.

Por su parte, Javi Rey tiene la duda de José Luis Cortés. Más allá de los goles que aporta, ocho esta temporada, dos en el play off, la influencia del delantero madrileño viene determinada por su derroche físico, por la presión que ejerce en la salida del rival y por lo mucho que contagia a la grada. Cortés regresó de Andorra con una lesión -no fractura- en la zona costa izquierda y su participación, desde el inicio o desde el banquillo, no se concretará hasta que la pelota esté rodando.
Su posible ausencia debería ser cubierta por Álex Costa que es el segundo punta más utilizado por el técnico orensano.
Para el resto de demarcaciones, más o menos lo mismo, tal vez con la incorporación desde el primer minuto de Markel Lozano en detrimento de Marco Doué
Lo dirigirá el bilbaíno de 29 años Gorka Etayo Herrera, será recordado pase lo que pase, comienza este sábado a las 20:30.