Las caras de ilusión de niños y niñas compensaron, de sobra, la mojadura con la que acabaron los Reyes Magos, empapados, después de su paseo en cabalgata por las calles de Ponferrada. Las lluvias que cayeron de forma intermitente, y en ocasiones con fuerza, deslucieron el recorrido de la comitiva real pero no pudieron ganar a la esperanza y la fascinación de los pequeños, y también de los mayores.
Al frente de la cabalgata, unos simpáticos zancudos y, después, como es habitual, la Estrella que guía a los Magos desde Oriente a Belén. A continuación, la carroza del Mago Chalupa, el embajador plenipotenciario de los Reyes Magos en el Bierzo, que así culmina el trabajo desarrollado a lo largo de los últimos días.
Estos simpáticos osos polares ofrecían un entretenimiento extra a la cabalgata real:
Y a continuación, los Reyes Magos. Melchor no dejó de lanzar saludos y caramelos -como todos los demás y los niños que viajaban en sus carrozas- a los cientos de personas que se aglutinaban en las aceras, a pesar de la lluvia.
Para evitarse posteriores problemas o resfriados, Gaspar optó por protegerse de la lluvia, durante algunos momentos, bajo un paraguas.
Y completó la comitiva el Rey Baltasar, quien se deshacía en saludos a los niños que esperan sus regalos esta noche.
En la cabalgata también participaron voluntarios de Protección Civil y agentes del Servicio de Bomberos de Ponferrada. Una ambulancia de Cruz Roja cerró la marcha. Las carrozas fueron diseñadas y montadas por la empresa cántabra «Francis2. Construcción y Montaje de Carrozas», con una aportación ligeramente superior a los 38.000 euros por parte del Ayuntamiento de Ponferrada.