El vino del Bierzo cerró 2024 con un ligero descenso en su nivel de ventas. Se cuantifica entre el cinco y el siete por ciento, según los cálculos preliminares que hace el presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen.
Adelino Pérez destaca que no supone una pérdida demasiado importante, teniendo en cuenta la rebaja general en el consumo de vinos y el cambio de tendencias, a favor del vino blanco y en detrimento de los mencía, que vienen siendo “bandera” de los vinos del Bierzo, aquí y en todo el mundo.
A partir de ahora, después del empujón habitual que las fiestas de Navidad proporcionan a las ventas de vino, las bodegas preparan sus promociones, tanto en España como en el exterior. Ahí, el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Bierzo estudia incluir una presencia en París, que resultaría especialmente destacada en este nuevo 2025.
En paralelo, la Denominación de origen ha abierto el proceso para reconocer una nueva variedad tinta: la Mouraz. Se trata de una uva única del Bierzo, está bien adaptada y es más resistente a enfermedades como el oidio. Ahora, debe superar la fase de pruebas para comprobar si puede producir vinos de calidad, una acción que cuenta con la colaboración con el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITACyL). De esta forma, la Mouraz podría seguir la anexión de años atrás de otras dos variedades minoritarias y autóctonas del Bierzo, como la Estaladiña y la Merenzao. Sería la novena variedad de uva reconocida por la Denominación de Origen.