
Así era el proyecto de la planta de producción de amoniaco de Bembibre, que ha quedado archivado por la Junta de Castilla y León. Una resolución de la Consejería de Medio Ambiente frena la tramitación del proyecto de “Green Capital”, puesto que la empresa no respondió a los requerimientos para aclarar la captación del agua necesaria ni sus previsiones de vertido de aguas residuales. El departamento dirigido por Juan Carlos Suárez-Quiñones hacía oficial el “carpetazo” a la iniciativa, que suscitó no poca polémica en Bembibre y su entorno.
La decisión se basa, por una parte, en la dificultad de captar el agua de la red municipal de abastecimiento de Bembibre, dado que la concesión máxima es de 2.500 metros cúbicos al día, y la propia empresa habría requerido para su uso propio, más de esa cantidad. Y, por otra, en la falta de permisos para conectarse a la depuradora de Bembibre, que no tiene capacidad para el tratamiento del elevado caudal de aguas concentradas en sales que emitiría la fábrica de amoniaco. Antes, este proyecto de industria química había sido objeto de alegaciones de particulares, grupos ecologistas y ayuntamientos de la zona.
La alcaldesa de Bembibre, Silvia Cao (PSOE), mostraba cierta resignación y reconocía que su equipo de gobierno «tampoco confiábamos demasiado en la empresa, porque nunca formalizó la reserva de los terrenos, cuando sí lo hizo en otro lugar».
Este proyecto de» Green Capital» contemplaba invertir 730 millones de euros para producir 148.000 toneladas al año de amoniaco renovable y 26.000 toneladas de hidrógeno verde. Pretendía crear 54 empleos directos y 150 puestos inducidos. Habría ocupado los setenta mil metros cuadrados con los que se acaba de ampliar el Parque Industrial del Bierzo Alto de San Román de Bembibre. Ahora, el Ayuntamiento de Bembibre sigue ofertando ese suelo en negociaciones «con otras empresas», sostiene la alcaldesa.