Cientos de espectadores han arropado la llegada de la imagen del Cristo de la Esperanza al Castillo de los Templarios, en Ponferrada, donde mañana debe celebrarse el Vía Crucis Penitencial, que constituye uno de los actos más singulares y atractivos de la Semana Santa Ponferradina.
El paso fue trasladado desde la Basílica de la Encina, llevado a mano por soldados, seis hombres y una mujer, del cuartel de Astorga. Integrantes de la Unidad de Artillería “Santocildes” que portaron la talla a paso lento, siguiendo las indicaciones del sargento primero Óscar Ortega, y caminando sobre los adoquines de la calle Gil y Carrasco.
Espectacular resultó el paso por delante de la Casa de los Escudos-Museo de la Radio, con su monumental glicinia florida.
Escoltaban al Cristo de la Esperanza, las mujeres portadoras del paso, vistiendo túnica, con sus cabezas cubiertas con pucho y dibujando un pasillo de velas entre la multitud.
Y al final, subida por la rampa del castillo donde se entronizó al Cristo entre la emoción de los cientos de espectadores. El teniente coronel, Marcial Cambón, al mando de esa unidad del Ejército de Tierra, confesaba que ya se sienten «un hermano más» de la Semana Santa de Ponferrada.
Este Lunes Santo, si la lluvia no lo impide, se celebra el singular Vía Crucis Penitencial en el Castillo de los Templarios. Debe empezar a las ocho y media de la tarde, con las imágenes del Cristo de la Esperanza, portado por mujeres; y el Cristo de la Fortaleza. Con las almenas alumbradas por velas y antorchas, la imagen más pequeña se irá moviendo por el interior del monumento mientras se leen las catorce estaciones de la Pasión. Hacia las diez de la noche, saldrán las imágenes y la ronda “El Salvador” de Toral de Merayo cantará “La muerte no es el final”. En caso de lluvia, el Vía Crucis se trasladará a la Basílica de la Encina.
