Jugar contra el Celta Fortuna, exponente de una de las mejores canteras de España y de la filosofía innovadora de Claudio Giráldez, ahora timonel del primer equipo celtiña, jugar contra el Celta Fortuna no es sencillo.


Javi Rey asegura que el del pasado mes de octubre, el de la primera vuelta, incluso habiéndolo ganado por 2-1, fue el partido más complicado en 17 años de carrera como entrenador.


Y no es solo la propuesta del rival, también las dudas que tiene para realizar una convocatoria en la que no son fijos Kevin Sibille y Vicente Esquerdo, ambos con problemas físicos, ni Álex Costa. La mala noticia es que no se seguro que se vaya a subir al autobús; la buena, que el final de su lesión ya está muy próximo.


El entrenador de la Deportiva sabe que el peligro del Fortuna llega por dentro, sabe que los celestes van a someter a los suyos por momentos pero también que el filial gallego sufre al contragolpe y en los últimos minutos de partido.


Sabe que va a tener sus posibilidades y también que en muchos tramos del partido tendrá que apretar las nalgas sin renunciar a tener la pelota. De otra forma el choque de Balaídos se podría hacer eterno.


No queda otra que viajar con el optimismo con el que lo hará el centenar de aficionados que retiró esta semana su entrada en la oficina del Toralín. Seguro que el carnaval tiene la culpa de que no sean más.
Comienza el último tercio de campaña, una victoria en el templo del fútbol vigués puede ser el espaldarazo que necesita este equipo, el domingo a las 18:00, Celta Fortuna-Ponferradina. Lo pita el santanderino Álvaro López Parra.