Urritxe (remodelado en 2002) es un campo histórico. Como el Amorebieta, abrió sus puertas allá por 1925 y desde entonces se ha convertido en el feudo de los azules, salvo cuando han jugado en Segunda División. Es evidente que el campo no está para demasiadas alegrías y el fútbol profesional no lo considera apto. Otra cosa es la Primera Federación en la que vale casi todo.


Fotos SD Ponferradina
Aunque el principal damnificado sea el propio Amorebieta, ir una vez al año a Urritxe propicia un temblor en las piernas ante la imprevisibilidad de los acontecimientos.


Dice Javi Rey que pasan muchas cosas, que pasan muy rápido y que todo se debe a la percepción psicológica de un escenario que es algo más estrecho que el Toralín (por poner un ejemplo entendible) pero casi igual de largo.


Lo que más condiciona sin duda es el estado de la hierba que propicia partidos sin control, de brega, de disputas, de intensidad y, también lo reconoce el míster, si la Deportiva no consigue igualar la propuesta del Amorebieta, no tendrá opciones siquiera de puntuar.


Los de Natxo González llevan cuatro meses y medio sin perder como locales y eso que por allí han pasado equipos de la zona alta como el propio líder, el Barakaldo o el Arenteiro. El dato traduce perfectamente lo que se va a encontrar una Ponferradina que volverá a contar con la ausencia de Álex Costa (se le espera para la siguiente jornada) y con la presencia tras sanción de Javi Lancho.
Con arbitraje del zaragozano Ramo Andrés, este domingo a las 12:00, Amorebieta-Ponferradina.